09 julio, 2017

Shoukoku no Altair: Puntos para el manga.


Casi de manera irónica algo me dice que terminaré conociendo a fondo esta serie por su obra original, siendo que de aquellos mismos lados me he acercado a ver su adaptación a la pantalla chica. En realidad nunca leí el manga, pero es trabajado por el mismo fansub que publica Kingdom, y viendo las buenas críticas que allá le daban, tenía ciertas ganas de verla.

*A partir de aquí puede que haya algún que otro spoiler leve sobre la serie*

No sé a que se debió, pero mientras miraba su primer capítulo me recordó mucho a Arslan Senki, y eso que la trama no es similar ni por asomo; tal vez se deba más al arte y a la forma en que optaron por relatarnos la historia. Si esto último es una mera característica propia de la adaptación o no, aún no lo sé, pero lo que si puedo decir es que me ha dejado un sabor insípido tras ver el estreno.


Los acontecimientos llegaron a nosotros de manera apresurada, provocando que la narrativa se tornara forzada, sin rastro alguno de fluidez. Es por eso que lo tomo como un mero indicio de que en el manga se tomaron su buen tiempo en desarrollar la misma situación.

Podría sentarme a darle una leída para hacer una breve y rápida comparación, pero como le tengo fe a la historia, no quiero quedarme enganchado en la lectura en este momento. Gracias a ese pequeño detalle, la estaré viendo por uno o dos capítulos más para apreciar como continúa el desarrollo.

Sí me ha gustado bastante la estética general del anime. Hay que partir de la base de que es inusual ver una serie ambientada en la comunidad turca, por lo que en rasgos generales se convierte en un atractivo más que llamativo, dejando de lado el chiste fácil que nos deja servido el artista con el uso de los turbantes.


De todas formas hay que darle un par de capítulos más para ver si es capaz de explotar a fondo a su protagonista y el contexto de la historia, porque siendo honesto, Mahmut ha dejado bastante que desear en su debut. En un intento por mostrar sus virtudes abusaron de su tiempo en pantalla mostrándonos sus cualidades una tras otra sin poder llegar a apreciar alguna realmente.

A título personal, me resultó mucho más interesante (y "mejor trabajado") Zaganos, ya que en las tres, cuatro breves apariciones que tuvo demostró que puede ser un personaje muy productivo a futuro.

Habrá que esperar y observar como continúa, ya que incluso se aventuró a avisarnos al final del capítulo estreno lo que se avecina en la trama: "La Gran Guerra Rumeliana", como si fuera un explícito pedido de que continuemos la emisión de la serie: "Sigan viendo Shoukoku no Altair, que se va a poner buena.".



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