08 julio, 2017

Made in Abyss: Irresistiblemente adorables.


Sólo he confirmado lo que suponía desde el primer trailer que vi semanas atrás, me encariñé con ese diseño de personajes. Por supuesto viendo su estreno no fue solo ese lado superficial lo que me atrajo, sino también todo el potencial que trae consigo y lo que puede llegar a ser con los trece episodios que tiene anunciados para esta temporada.

*A partir de aquí puede que haya algún que otro spoiler leve sobre la serie*

Y haciendo un poco de investigación no debería sorprenderme tanto en algunos aspectos, ya que Kinema Citrus ha sido el estudio encargado de ofrecernos series de la talla de Barakamon y Tokio Magnitude 8.0, sin olvidarnos de Yuyushiki, cuyos diseños sin dudas nos recordarán a lo que estaremos viendo en esta nueva serie.


Regresando a Made in Abyss, no solo me ha atrapado el diseño de los protagonistas, sino que también sus personalidades me han caído muy bien. Quizás sea un efecto secundario de esa inocencia que inspiran, y que calculo se irá mezclando con el propio deseo de aventura a medida que transcurran los capítulos.

Si hay que marcar algo no positivo, es que tiene los típicos condimentos de una serie genérica, eso sí, utilizados de una manera particular. Es por esto último que no me referí a ellos como algo negativo, no suman aunque tampoco restan al producto final.


Argumentalmente tiene mucho potencial, pero para poder valorarla en una mejor dimensión sobre ese aspecto habrá que esperar que transcurran un par de capítulos más. Digamos que la puesta en escena visual es lo que se roba la atención en su estreno, seguida del soundtrack. La ambientación musical ha funcionado a la perfección, sin entrometerse demasiado en lo que vemos ni intentar ocupar un lugar que aún no le corresponde.

La aventura de Riko, Nat y su nuevo compañero por descender a los niveles más profundos de la fosa, apenas ha comenzado. Y obviamente Made in Abyss se ha ganado su propio espacio en mi agenda personal para seguirla todos los viernes, por lo que me esperan poco más de tres meses para acompañar a los niños en su travesía.



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